El polvo de nanohierro posee una superficie extensa, lo que resulta en una tasa de oxidación extremadamente rápida en la superficie. Esto conduce a una rápida acumulación de calor que no se puede disipar de manera eficiente..
El calor generado acelera aún más el proceso de oxidación de la superficie.. Esta acumulación continua de calor finalmente permite que la polvo de hierro encenderse espontáneamente en el aire.